Lo has escuchado un millón de veces: No hagas clic en los enlaces de un email a menos que conozcas a quien te lo envió y sepas de qué se trata.
Pero a veces, el enlace contenido en un email es tan pero tan conveniente. Por ejemplo, le envías un paquete a un amigo y luego recibes un email con un enlace para rastrear la entrega. Es seguro hacer clic en ese enlace, ¿verdad?
Tal vez no lo sea.
