“¿Hola? Soy yo — Frosty, el muñeco de nieve. Mira, es una larga historia, pero me estoy empezando a derretir sin mi sombrero. ¡Por favor, necesito tu ayuda — envíame dinero ahora o me voy a convertir en un charco!”
De acuerdo, este es un ejemplo tonto y los verdaderos impostores no son tan graciosos. Pero en el 8º día de Protección del Consumidor, realmente vale la pena recordar que los estafadores pueden ser muy convincentes. Y nunca descansan, ni siquiera en esta época del año. Para un estafador, es sorprendentemente fácil hacerse pasar por otra persona para confundirte. Ahora, con las redes sociales es más fácil que nunca investigar la información personal y familiar. Y sacar ventaja de tus emociones. Los estafadores saben que tu amor y preocupación por tus seres queridos vencerá tu escepticismo.